Obituarios » Victor Hugo Mora
Gracias a todas las personas que me han escrito, les doy las gracias por estar pendientes.
No voy a escribir una despedida a mi Esposito, gracias a Dios tuve la bendición de decírselo todo en persona.
Nuestra historia fue única: recuerdo que, sin aun conocerlo a Vic, en un viaje con «Cupido» @anamacarpio, ella me dijo: «Te quiero presentar a mi amigo Vic, son igualitos «.
Me repetía eso durante todo el viaje.
En efecto, 15 días después conocí a Vic y algo mágico pasó, desde ese día y nunca más nos separamos (9 años y medio). Un mes después de conocernos, en Cuenca, me dijo que quería estar conmigo toda su vida, hasta nervioso se puso. Me molestaba que soy una Ambateña curuchupa, porque nunca se había declarado a alguien (aunque cuando contaba nuestra historia decía que yo fui la que le atrapó, je je je)
Estuvimos dos años de novios, tiempo que hicimos locuras; viajamos cada que podíamos, nos llenamos de recuerdos hermosos: paseos, fiestas (hasta por que vuela el mosco fetejabamos), detalles y memorias por todas partes, Lo más fácil del mundo era tomar una decisión con él, teníamos los mismos gustos de lugares comida, cosas, música, etc.
A los dos años de tantas historias hermosas y locas; nos casamos y empezó une etapa que sin duda fue la mejor; con problemas como todos, pero siempre reinó y ganó el amor que nos tenemos.
Lo ame con todo mi ser y mi corazón, realmente estábamos un poco locos (nos decían todos cuando de novios comenzamos a construir nuestra casa), sabíamos que éramos el uno para el otro. Tan únicos que hicimos luna de miel de 6 jajaja (3 parejas con el Tito y Barragan), pero Vic me decía que hubiera querido que el Dono y el Navas estén en las mismas para irnos todos jajaja. Ahora son más que amigos para mí. En especial su BFF que se quisieron tanto que terminaron siendo primos….
Nos pasamos a nuestra hermosa casa y vivimos años hermosos y llenos de más aventuras e historias, que quedan por siempre en un baúl llamado corazón. Dos años y medio después, nació nuestro Juan Camilo y ese hombre alegre divertido y amoroso se multiplicó por mil, era increíble ver en su rostro el orgullo y la emoción de sentirse padre, comenzó una nueva etapa, Vic sacaba lo mejor de sí, conocí un nuevo lado de Vic, un padre protector, luchador, valiente, amoroso, dulce, payaso, detallista, abnegado. (solo le faltaba dar de lactar) UN PADRE INCREÍBLE, los que le conocieron en esa etapa lo saben.
Y para poner la cereza al pastel un año y ocho meses después, llego nuestra Valentina.
Esos meses eran una época dura para nosotros, sin embargo, él se hacía ochos para darnos siempre lo mejor. Recuerdo que cuando Valentina llegó, cada día se derretía más con su presencia, era increíble, la veía y lloraba de amor, aún su corazón creció más, la niña de sus ojos, su amor más puro. Desde que tenía meses bailaba vals con ella (de película) y yo me derretía viéndolos.
Cómo familia de 4, nos sentimos completos y llenos. Recuerdo que nuestros momentos más lindos eran hacer cosas simples los 4 en familia, o con nuestras familias y amigos… (amiguero al máximo, nunca me dijo que alguien le caía mal)
Cuando teníamos muchas cosas lindas, una familia completa, sueños que cumplir, conocíamos a Dios en nuestros corazones. Recibimos una noticia terrible y omo siempre Vic tenía su lado positivo y él me alentaba, me tranquilizaba y decía que esta batalla la ganaremos y la pasaremos juntos. Fueron 6 meses de lucha incansable, de agotamiento, sin embargo no puedo dejar el lado bueno que Dios puso en medio de esta batalla y fue el unir aún más a la familia, restablecer lazos que los tenía distanciados y en recibir todo el amor, apoyo y amistad de tantas personas que ni él se las imagino. Era increíble cuántas personas estaban pendientes cada día de él, tantos grupos y personas sosteniéndonos con oración.
La verdad nunca me imaginé que así iba a terminar esta batalla, con mi corazón roto en mil pedazos y sin mi esposito que tanto lo amo.
Gracias a Dios nos decíamos todo el tiempo desde que estamos juntos cuanto nos amamos y pude darle todo mi cuidado y dedicación en vida, pero ni aun así es suficiente, me faltaban unos 50 años más a su lado y estar juntos hasta viejitos como nos prometimos un día.
Dios sabe nuestro futuro y el seguro ve muchísimo más que yo, y aunque nunca lograré entender el por qué me quedo sola sin mi amigo, mi confidente, mi complemento perfecto, el padre de mis hijos y mi media naranja; me deja su legado, su mayor orgullo y lo más importante, el fruto de nuestro amor sincero.
Solo le pido a Dios que me dé las fuerzas para criar a nuestros hijos, amados seguros y orgullosos del papito que tuvieron. Lo más duro ahora es responder las preguntas de mi Juan Camilo de por qué Dios se lo llevó, porque no pueden bajarle los ángeles para que les diga buenas noches, que si puede bajar del cielo a su cumpleaños y más preguntas que me hace en apenas tres días de su ausencia física. Espero algún día pueda cerrar los ojos tocar su corazón y sentir que su papito vive dentro de ellos, ¡así como lo sentía yo con el mío!
Que Dios nos proteja, nos de la fortaleza, fuerza, paz y alegría para vivir como a mi Vic le gustaría que lo hiciéramos….. Y como me dijo el último día de su vida: ¡ahora entiendo todo, necesitamos a Dios en nuestra familia! Por lo tanto, no me alejare de Dios por más dura que sea esta prueba e inculcarle eso en mis hijos.
Te amo mi sembrador de sonrisas….