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Celia María Granda
Nació en Celica-Loja-Ecuador.
Desde su nacimiento, su vida terrenal fue dura, fue regalada a los 3 añitos de edad a una familia que viajó a Lima-Perû. Ahí vivió en carne propia la fábula de la Cenicienta. Se dió el estudio en una escuelita fiscal donde aprendió a leer y escribir. Para poder ir a la escuela, tenía que levantarse muy muy temprano para hacer el desayuno a sus «patrones». Luego de atenderlos, tenía que ir a ver a agua a 2km de distancia para el almuerzo. Una vez que todos en la casa almorzaban, a eso de las tres de la tarde almorzaban los demás. Desde la 6 de la tarde hasta las 10 de la noche tenía clases. A las 11 de la noche llegaba a planchar la ropa de toda las personas que habitaban en la casa hasta la 1 de la madrugada. Así vivió hasta los 27 años de edad con una familia que no era su familia. Regresó a Quito-Ecuador sin nadie que le apoyara y sin conocer a nadie. Habitualmente vivía en cuartos de adobe y el piso era de tierra porque su economía no le permitía rentar una habitación mejor, por lo general el baño era compartido.
Para evitar el frío q provoca la tierra, usaba cartones, una litera y unas pocas cobijas para dormir.
Cómo sabía a la perfección los que haceres domésticos, como lavar, planchar y cocinar no le fue dificil encontrar una familia que requiere de sus servicios.
Con el pasar del tiempo conoció a un policía. Procrearon a dos hijos: Janeth y Christian. El padre de los niños no se hizo responsable de los niños, así q Celia María tuvo q sola mantener a esas dos criaturas.
Nace un tercer hijo, Pablo, pero este hizo yace del fruto entre Celia y un abogado. Así mismo, este «señor» la abandona y se queda sola, con tres hijos.
Con el pasar del tiempo, los dos primeros niños crecieron y se volvieron jóvenes, y con la situación crítica que vivía el país, al igual q muchos compatriotas decidieron migrar a Europa.
Para Celia fue un dolor profundo que solo una madre puede sentir el que dos de sus hijos, se vayan lejos a conocer nuevos horizontes.
Es así como Celia a partir de la ida de sus dos primeros hijos, comienza a tomar medicamentos para dormir porque debido a la depresión no podía dormir.
Es así, como su hijo, el último; Pablo, el «conchito», se convirtió en su vida. Y para Pablo fue su mundo entero.
Pablo, creció y entre los dos supieron amarse infinitamente como el amor tan puro y verdadero puede haber entre una madre y un hijo.
En julio del2012, a Celia le dianostiscan cáncer terminal en el útero. Todos con el dolor en alma no sabían que hacer. Pero a Pablo se le ocurre ir con la máxima devoción a la caminata de la Virgen del Quinche. Y Celia para enero del 2013 estaba curada.
Para julio del 2016 Celia acude de emergencia a un hospital público con mucho dolor.
El 11 de agosto del 2016 postrada en una cama levantado su dedito derecho apuntando hacia arriba dice: «mijo me voy al cielo». Minutos más tarde, 11:35 de la mañana Celia María Granda se encontraba frente a Dios.
Madre mía, siempre vas hacer mi motor, mi luz y mi bendición. Eres lo más hermoso que me ha regalado el Creador.
Nuestro amor no termina aquí, como le dije una vez, nuestro amor es infinito, va más allá de la muerte.
Atentamente,
Para: Mi reina
De su: Principe